miércoles, 14 de mayo de 2008

¡mayo del 68! ¡¡¡mayo pavista!!!


Estamos de aniversarios, y el azar, otra vez el azar, siempre el azar, ese caramelo con nombre de ex novia inolvidable, ha querido que el plazo de entrega del primer certamen internacional de literatura infantil y juvenil que desde elpavoarcoiris hemos propuesto, coincida con estas fechas por esencia revoltosas, multicolor y superyoicas.

Hablar de mayo es hablar de mayo del 68, ay, hablar de mayo es hablar del pavo, y hasta ambas palabras conforman una rima asonante entre ellas y si las sumas y las vuelves a sumar, el álgebra compone un octosílabo.

Lisergia asegurada.

68 es primavera y la primavera la sangre altera, y en primavera la sangre se derrama, la memoria se desparrama… y bueno, los contenedores tienden a arder en el recuerdo (que siempre es como un bolsillo marrón y con agujeros) porque se llenan de palabras inflamables, ya se digan las mismas en checo, ya se pronuncien en francés, en castellano encadenando o con acento mexicano. “Adoquín” es una palabra alucinante y sin embargo llovía, y veíamos que era inevitable encontrar concomitancias entre elpavoarcoiris y eso que se dio a conocer como espíritu sesentaiochista, una acidez plumífera cuyas reverberaciones se propagaron hasta nuestros días en forma de consignas esencialmente pavistas como “la imaginación al poder” o “bajo el asfalto está la playa”.

Tomemos las fábricas, las escuelas… ¡Démonos cuenta de una vez por todas de que han convertido las fábricas en las escuelas y que esto es algo de los que solo nos damos cuenta una vez que dejamos la fábrica y llegamos a casa y…!

Se trata de la inocencia, ni más ni menos, de entender la subversión como algo parecido a vagar por el barrio de Pitis siguiendo ciegamente el mapa de Londres que llevamos entre las manos.
¿Quién no se imagina a Guy Debord o a Sartre con un guante de cocina en la cabeza? ¡Qué levante el ala!

Ha llegado el momento de escribir, escribir la palabra “adoquín” sobre el adoquín que le tiramos al escaparate de la realidad, escribir “amor” en los baños del instituto, “baba” en la servilleta del bar en el que desayunamos, poemas en los billetes de metro que nos encontramos en el suelo cuando viajamos, bajo tierra, en pos de la fruta azul de ese gran sueño colectivo llamado elpavoarcoiris.

En estos días nos disponemos a recoger unos textos que poco a poco nos llegan a través de correos electrónicos o cartas, que nos llegan de cualquier manera y que nos cubren de fantasía y frutas escarchadas, exactamente como aquellos panfletos que se lanzaban en París hace 40 años cubrían de fantasía y de frutas escarchadas los bulevares de la ciudad que durante un mes fuera la capital de la barricada.

Mayo es de colores, mayo es pavo, pavo es amor.

Nunca uno se sintió tan pavo como a mediados de este mes.

Gracias a todos y a todas los que, por ser realistas, pedís lo imposible.

¡¡¡¡El mundo es mejor desde que existe elpavoarcoiris!!!!

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